29 agosto 2009

Rebajas de Enero


En general, la mayor parte de las canciones de amor suelen ser tristes, melancólicas con personajes solitarios, derrotados, abandonados...que añoran algo que incluso puede que nunca llegase a suceder. En el cancionero sabiniano se cumple esta premisa, sin embargo también podemos encontrar alguna historia con final feliz, sin trucos, optimista de principio a fin.

Este es el caso de Rebajas de Enero, una canción que apareció allá por 1985 en el disco Juez y Parte. En mi parecer, quedó algo eclipsada en el álbum por la celebérrima Princesa. Creo que no descubro nada diciendo que los fracasos amorosos venden mucho más que las parejas felices, que la derrota siempre tiene mucho más que contar que la victoria y que por lo general los conflictos generan más expectación que la armonía. Yo no me escapo tampoco, de hecho estaba a punto de hacer el post sobre la canción "Amor se llama el juego" que es claramente el polo opuesto de esta.

Huyendo del frío busqué en las rebajas de enero
y hallé una morena bajita que no estaba mal.
Cansada de tanto esperar el amor verdadero
le dio por poner un anuncio en la prensa local.

Seguramente que a todos nos preguntado alguna vez como sería tu pareja ideal, es justo en ese momento cuando nuestra mente empieza a navegar y empezamos a soltar la retahíla de rasgos físicos que son perfectos para nosotros, y por extensión para el mundo entero. Muchas veces extrapolamos esto a nuestra vida real, y comenzamos a buscar esa pareja ideal, a la que únicamente le hemos puesto imagen pero a la que le falta vida aún. Lo mejor no es buscar a alguien, porque puede parecer como un objetivo empresarial; lo mejor es que dos se encuentren, por azares del destino, quizás en algún lugar inesperado e inimaginable por ninguno de los dos. En ese momento en el que los dos están aparentemente perdidos...sus miradas se encuentran y la semilla queda plantada.

“Absténganse brutos y obsesos en busca de orgasmo”,
no soy dado a tales excesos, así que escribí,
“Te puedo dar todo -añadía- excepto entusiasmo”,
nos vimos tres vec
es, la cuarta se vino a dormir.

Este fragmento también reafirma la teoría de que esto es la antítesis del sabinismo puro y duro. De hecho esta canción sería una de las que podría formar parte de alguna banda sonora de Disney, sin ningún tipo de problemas. Es algo que se agradece, porque todos necesitamos de vez en cuando un soplo de aire fresco que alivie nuestros pesares.
Es curiosa la frase en la que afirma que le puede dar todo excepto entusiasmo. En cierto modo es algo bueno, el entusiasmo no hay que regalarlo, hay que ganárselo. Lo más gratificante es descubrir poco a poco que a quien encontraste buscando "en las rebajas de enero" tiene muchos tesoros ocultos, cosas que ni remotamente hubieras pensado que allí pudieras encontrar. Incluso día a día te va sorprendiendo con pequeños detalles que acompañan a esos grandes descubrimientos que has hecho. Eso es lo que puede generar entusiasmo sincero, tan sincero como para poder demostrarle tu alegría, tu admiración. Tan sincero como para sentirte afortunado.

Como otras parejas tuvimos historias de celos,
Historias de gritos y besos, de azúcar y sal,

Un piso en Atocha no queda tan cerca del cielo
Y yo, la verdad, nunca he sido un amante ideal.


Sin embargo ese crecimiento exponencial del entusiasmo es algo utópico, y afortunadamente real. A todos nos encantan los cuentos de hadas pero son eso cuentos, por lo tanto hay que lidiar con la realidad. No obstante en este caso particular las historias de celos son simples juegos, los gritos son siempre acallados por los besos y siempre tenemos a mano un salero y un azucarero para cuando la situación lo requiera. No se trata de ser ideal, de conseguir que todo el mundo piense que lo eres...se trata de demostrar que lo ideal es estar juntos, compartir el entusiasmo y rememorar los buenos momentos vividos; tener siempre disponible un conejo en la chistera.

Y contra pronóstico han ido pasando los años,
Tenemos estufa, dos gatos y tele en color,

Si dos no se engañan, mal pueden tener d
esengaños…
¿emociones fuertes? Buscadlas en otra canción.


Me gusta la primera frase, ya que nadie pronostica que los años vayan pasando por él. Sin embargo, es una de las pocas certezas que todo el mundo tiene. Seguimos con nuestra canción feliz, y aprovechamos para romper una lanza en favor de lo simple, de lo sencillo. Si dos no se engañan, mal pueden tener desengaños. Interiorizando esta frase llegas a darte cuenta de lo fácil que es evitar los problemas, y lo complicado que lo solemos hacer todo. Sería todo tan sencillo, si algo te gusta dilo, no reprimas tus sentimientos por cualquier razón retorcida que se te pueda ocurrir o que incluso te empeñes en construir tú mismo. Lo sencillo se agradece, poniendo las cosas fáciles por las dos partes sólo puedes llegar a un lugar...el éxito. ¿Todo sería mejor si lo hiciéramos fácil? Si ¿Por qué nos complicamos la vida? No lo se.

Apenas llegó
Se instaló para siempre en mi vida,

No hay nada mejor

Que encontrar un amor a medida.


Por eso finalizo haciendo apología por lo sencillo, lo claro, lo feliz, lo bueno...porque no hace falta esperar mucho tiempo para conseguir algo. Como dice Joaquín es posible que al poco de llegar se instale para siempre en tu vida, siempre que en ambos casos no se repriman los verdaderos sentimientos y no se compliquen la existencia innecesariamente. Por último, nos quedamos con el eslogan de la canción "No hay nada mejor que encontrar un amor a medida". Y yo añadiría algo, "no hay nada peor que perder un amor por falta de valentía".


21 agosto 2009

Así estoy yo sin ti

Así estoy yo sin ti es una de las grandes, una canción que en cualquier selección de oro de Sabina debería aparecer sin discusión. Ese honor se lo gana a pulso con cada uno de sus versos, ya que se trata de una canción en la que desde la primera hasta la última palabra es pura poesía, pura metáfora, pura verdad.

Joaquín consigue expresar en un puñado de versos esa sensación que a todos nos ocurre alguna vez, ese vacío que sentimos cuando extrañamos a alguien. Es algo común a todos los humanos y que en determinados momentos sentimos de una forma más agudizada. Es un runrun que nos ronda inexplicablemente por la cabeza, y que nos recuerda constantemente que nos falta algo, que nos han cortado un cablecito que hacía que todo funcionase bien. La mayoría de los mortales solo alcanza a explicarlo diciendo "lo echo de menos", pero es algo tan profundo, tan terriblemente humano que algún genio tendría que haber que pudiera expresarlo mucho mejor.

Extraño como un pato en el Manzanares,
torpe como un suicida sin vocación,
absurdo como un belga por soleares,
vacío como una isla sin Robinson.

Sólo con estas cuatro metáforas ya ha conseguido ponernos en situación, solamente con imaginarnos un pato en el río Manzanares todos torcemos el gesto...a no ser que se trate de un patito de goma y forme parte de una campaña publicitaria de El Corte Inglés. La vocación es algo que se precisa para cualquier cosa, desde un informático hasta una doctora; profesiones que no difieren tanto una de la otra, los dos tienen como objetivo final atacar virus y los dos deben tener siempre una respuesta adecuada para todas aquellas personas que los acribillan a preguntas constantemente (siempre se espera de ellos que te solucionen el problema de turno y rapidito y bien a ser posible).

También aparece la figura de la isla, yo veo a cada persona como una isla. Una isla perdida en la inmensidad del océano, pequeña a ser posible en la que hay un Robinson todavía más pequeño, pero que sin él pierde todo su encanto. Para cada isla siempre hay un Robinson al que dar cobijo y para cada Robinson siempre hay una isla donde poder naufragar y de la que nunca querrá marchar.

Oscuro como un túnel sin tren expreso,
negro como los ángeles de Machín,
febril como la carta de amor de un preso...
Así estoy yo, así estoy yo sin ti.

Aquí tenemos una de las frases magistrales de Joaquín, "febril como la carta de amor de un preso". Si ya de por si es muy difícil intentar transmitir todo aquello que te pasa por la cabeza y por el corazón en unas líneas...mucho más angustioso es hacerlo con la certeza de que tarde o temprano todas tus cartas caerán en saco roto cuando la espera eterna alcance su fecha de caducidad. Este quizá sea el fragmento más triste de la canción, ya que hasta el más oscuro de los túneles suele tener una luz, aunque sea fugaz, que lo ilumina durante unos segundos.


Perdido como un quinto en día de permiso,

como un santo sin Paraíso,
como el ojo del maniquí,
huraño como un dandy con lamparones,
como un barco sin polizones,
así estoy yo sin tí.

Muchas veces te encuentras en lugares donde no te sientes cómodo, donde a los cinco minutos de llegar ya empiezas a sentir ganas de irte. Sin embargo, el más oscuro de los cuarteles puede llegar a ser el más acogedor de los hogares si las personas que cohabitan contigo te hacen sentir bien. Es por eso que un quinto que ansía su día de permiso se pueda sentir perdido lejos de su cuartelillo, de su celda, de su "gueto". La felicidad no la da el lugar...la da la compañía. Es por eso que el más lujoso de los barcos siempre necesita de ese polizón que lo haga sentir más humano. Siempre es bueno tener un polizón, alguien que se presenta en tu vida sin avisar, sin preguntar, sin esperarlo...y que, en algunas ocasiones, resulta ser el más cualificado para llevar el timón de tu barco.

Vencido como un viejo que pierde al tute,
lascivo como el beso del coronel,
furtivo como el Lute cuando era el Lute,
inquieto como un párroco en un burdel.

Para muchas personas no hay nada peor que perder una partida, sea a lo que sea, pero yo pienso que lo mejor de todo es tener a alguien con quien poder perderla, alguien que te pueda chinchar y alguien a quien poder pedirle la revancha. En la canción aparece un personaje al que yo catalogaría como muy Sabiniano, se trata de "El Lute". Una persona que marcó un antes y un después en el concepto general de los presos y en particular de los fugitivos. Siempre fiel a sus ideas y rebelándose ante las autoridades de la época que impartían cualquier cosa menos justicia. Alguien que se enfrentó a casi todo y que acabo plegándose ante la cultura.

Errante como un taxi por el desierto,
quemado como el cielo de Chernobyl,
solo como un poeta en el aeropuerto...,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.

El aeropuerto quizá sea el lugar más explícito para poder representar un adiós, un lugar tan inmenso donde puede haber mucha gente pero donde los sentimientos no caben, probablemente volaron en el último avión. Quizá sea el lugar por excelencia para las despedidas, ese último punto en común que se tiene con alguien. Sin embargo también puede ser el nexo de unión para un posible reencuentro, es un lugar un poco ambiguo, donde se suceden las tristes despedidas y los ansiados retornos.

Amargo como el vino del exiliado,
como el domingo del jubilado,
como una boda por lo civil,
macabro como el vientre de los misiles,
como un pájaro en un desfile...,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.

El mejor vino del mundo puede tener un sabor amargo si te encuentras lejos de lo que más quieres, y en el lado opuesto, un vino que sea escandalosamente malo puede que lo recuerdes de por vida si tuviste la ocasión de usarlo para brindar con alguien especial. De esta forma no se te olvidará nunca, por lo malo del vino y lo bueno del brindis. Por último tenemos otra de las grandes sentencias de esta canción "macabro como el vientre de los misiles", es un símil tan cierto, tan real y tan...duro que no lo puedes dejar pasar por alto. ¿Alguien piensa que pueda existir algo más macabro? Probablemente no ¿A alguien más se le hubiese ocurrido este símil? Seguramente no. No me cansaré de repetirlo, estas cosas son las que distinguen a un maestro de un genio.

Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.

Para finalizar, el fragmento más repetido de la canción y a la postre la sensación que más te viene a la cabeza cuando quieres expresar que te falta algo, que añoras algo, "que lo echas de menos"... la tristeza.


16 agosto 2009

Este adiós...


Normalmente a los cantantes se les reconoce por sus canciones más famosas, esas que cuando coincides con alguien al que también le gusta te empieza a cantar o que incluso a alguien que no le guste demasiado es capaz de reconocer. Claramente esto ocurre con varias de las canciones de Sabina, pero como ya he dicho esto es algo normal; lo especial es que también se reconozcan sonetos o versos como si del mismo Bécquer se tratara. Pues bien, esto ocurre con Joaquín.

Es el caso de los sonetos que recitó en su gira Sabina y Cia que siempre precedían a la canción Nos sobran los motivos. Se trata de unos versos con una gran fuerza que transmiten una sensación tan especial, tan dura y tan definitiva como la de una ruptura sin marcha atrás, sin solución de continuidad.

"Este adiós no maquilla un hasta luego.
Este nunca no esconde un ojalá.
Estas cenizas no juegan con fuego.
Este ciego no mira para atrás."

El comienzo es brutal, despeja cualquier atisbo de duda. Es un adiós definitivo, en el que no se deja ninguna puerta abierta a una posible reconciliación. La esperanza queda tapiada para siempre, no se permiten los ojalás. El fuego que antaño era fruto de la pasión quedó reducido a cenizas, y al contrario de lo que sucede en algunas ocasiones no se va a reavivar jamás. Cansado de tanto quemarse ha decidido poner las cenizas a buen recaudo para evitar volver a caer en la tentación. El mismo ciego que antaño se afanaba por jugar al amor, cansado de hacerse daño y darse de bruces ha decidido no volver la vista atrás, apretar los dientes y comenzar a avanzar.

"Este notario firma lo que escribo.
Esta letra no la protestaré.
Ahórrate el acuse de recibo.
Estas vísperas son las de después."

En muchas rupturas, más o menos dolorosas, la última figura que aparece al fondo y al que casi nadie quiere ver es al notario de turno. Esa figura fría, imparcial, implacable, ejecutora que determina como se reparten los últimos escombros de la demolición sentimental. Pues bien, estando más o menos de acuerdo ha decidido no protestar esa última decisión en común. El hastío acumulado no permite apilar otra discusión más, necesita respirar, olvidar, vivir...

"A este ruido, tan huérfano de padre
no voy a permitirle que taladre
un corazón podrido de latir."

Las discusiones siempre empiezan con palabras que van subiendo de tono y bajando de sentido para finalmente terminar con ruido. Un ruido huérfano de padre, ya que nadie quiere atribuirse su paternidad, siempre es propiedad del otro y sufrimiento propio. Por eso mismo, llegado a este punto no se le puede permitir seguir taladrándote la vida impunemente, cuando tu corazón empieza a pudrirse únicamente de latir; necesitando de un esfuerzo grande para poder seguir funcionando lo mejor es una transfusión de sangre fresca, de savia nueva.

Desgraciadamente esto no ocurre siempre, y muchas veces nos empeñamos en colocarle tiritas que se caerán en la siguiente afrenta y que encima impedirán que el aire de la esperanza pueda curar las viejas heridas. De siempre se ha dicho que una retirada a tiempo es una victoria, e intentar estirar una goma que está muy gastada corre el peligro de reventarse en tu cara.

"Este pez ya no muere por tu boca.
Este loco se va con otra loca.
Estos ojos no lloran más por ti".

Pero bueno, no todo van a ser nubarrones, al final siempre acaba saliendo el sol. Después de la tormenta siempre llega la calma, y es por eso que cuando los ojos, cansados de tanto llorar han secado sus lagrimales y comenzar a divisar al fondo una luz blanca. Porque siempre habrá un compañero de locuras, en el lugar donde menos te lo esperes, de la forma menos predecible, con el que conectarás muy pronto sin saber muy bien por qué...y con un poco de suerte no tendrás que llegar al punto de decirle "para decir condiós a los dos nos sobran los motivos".