25 noviembre 2020

Bendito maldito Maradona

 


2020 se ha empeñado en no dejar ni un buen recuerdo y en su paso arrollador se ha llevado por delante al Diego.  Un jugador brillante que cuando colgó las botas siguió tirándole fintas a la vida durante mucho tiempo, quedando al borde del fuera de juego y de la expulsión en muchas ocasiones. En uno de los múltiples sustos que dió, allá por 2004, Sabina le escribió un soneto titulado "No te nos mueras más". Un soneto que tenía un cierto aroma a sus "malditos benditos y benditos malditos". 

Maradona ha sido probablemente una de las figuras que más veces ha combinado la maldición con la bendición. Capaz de estrecharle la mano a Dios al tiempo que sus pies se tropezaban con el Diablo. Capaz de regatear a todo un batallón de defensas de la Pérfida Albión y de no saber manejar los tiempos cuando era su vida la que estaba en juego. Nos queda la duda de cuál será el equipo que lo fiche para la posteridad, cuánto tiempo lo tendrán calentando en la banda del purgatorio y si acabará jugando entre llamas o entre nubes de algodón.  Bendito Diego, maldito Armando, eterno Maradona.

"Bendito sea el noble colchonero
que pierde como sabio con farlopa,
para vosotros putas y dinero,
para mí, Torres, Diego y otra copa.

La doce, frente atlético, lo mismo,
Caballito, Perón, la última curda,
nos une la pasión y el catecismo
de los que nada creen y aman tu zurda.

Pelotero genial, hincha pelotas,
amigo de Fidel, hermano mío,
loco, enfermo, cabrón, líbero en zona.

Benditos sean los tacos de tus botas,
bendita tu receta contra el frío,
mano de Dios, bendito Maradona."


Maldito sea el vómito, la arteria
que disloca la coca de los pibes,
vivir era un balón de feria en feria,
morir... un cero a uno contra River.

Maldita sea la carpa desalmada
que te pitó un penal, letal e injusto,
maldita sed de todo siendo nada,
no te nos mueras más ¡pucha qué susto!

Qué falta de respeto, mundo killer,
los penúltimos llegan los terceros,
Nápoles, cebollita, Barcelona.

Malditos sean Coppola y Czysterpiller,
los dealers, las madamas, los banqueros
que le chupan la sangre a Maradona.

10 noviembre 2020

Doña Pura

Es complicado hablar de canciones inéditas de Sabina a estas alturas, cuando su discografía oficial y la no oficial ha sido escrutada hasta el extremo. Aún así hay una canción que llama la atención por haber pasado muy de puntillas, y que contiene un verso que podría considerarse de profético "Aquella historia 

que nunca ocurrió". 

Se trata de la canción "Doña Pura". Una canción que Sabina firmó junto a Noel Neto y apareció en la I Antología de cantautores andaluces. Pese a haberle perdido el rastro durante muchos años, el único registro audiovisual con el que contamos incluye una pequeña presentación por parte del propio Joaquín. La cantó durante el primer gran disco en directo junto a los Viceversa, y la introdujo de la siguiente forma:

"Esta canción que viene ahora es otro estreno. Yo he querido contar en ella, esas historias que oíamos los niños de posguerra alrededor de la mesa camilla. Siempre hablaban de una tía, o de una señora que había en el pueblo, o de una tía nuestra vestida de negro a la que le había pasado algo horrible. Siempre lo oíamos con medias palabras, nunca sabíamos muy bien que había pasado. Ese tipo de atmósfera siniestra he querido ponerla en esta canción. Se llama Doña Pura". 

"En esa postura,

tal como hoy la veis, 

lleva Doña Pura 

desde el 36.

Enterrada en vida,

carne de alcanfor,

oxidada como el tic tac

de su reloj". 

En esta canción Joaquín vuelve a demostrar su enorme maestría a la hora de dibujarnos a un personaje con cuatro versos. Al poco de arrancar esta canción ya tenemos un boceto bastante preciso del aspecto de Doña Pura. Una mujer que no cuenta en las cifras oficiales de bajas de una guerra fratricida, pero cuyas heridas jamás suturan. 

"Noche interrumpida,

por enaguas malheridas,

brazo en alto y vino peleón. 

Soldados que 

la llaman por su nombre,

sudor de hombre,

en su habitación". 

En la siguiente estrofa de la canción pasa a relatarnos los sucesos que provocaron la caída en desgracia de Doña Pura. Con brevedad y contundencia nos relata el quién, el cómo y el dónde. Todo menos el por qué, y es que para esa pregunta, casi un siglo después seguimos sin encontrar una respuesta que no sea la sinrazón. Las retaguardias de las guerras muchas veces eran lugares más cruentos que el frente de batalla. En esos lugares las luchas estaban totalmente desequilibradas, las botas militares aplastaban sin piedad los cuellos civiles más indefensos. 

"Cuerpo diminuto,

cera sin arder,

riguroso luto, 

desde aquella vez,

en que la tijera,

de la humillación,

se clavó un amanecer,

en su corazón". 

Las represalias eran tremendamente crueles, a veces ocultas entre cuatro paredes y otras veces con escarnio público para dejarlas señaladas de por vida. Las tijeras arrancando a jirones el cabello de las mujeres, era uno de los métodos más comunes y vergonzantes que se aplicaron en aquellos años. Este es el episodio que le ocurrió a Doña Pura, y que Joaquín nos relata a pesar de que durante muchos años le dijeron que no hablase del tema. Esa cera sin arder, es esa vida truncada en los primeros compases, cuando todo deberían ser sueños realizables y no pesadillas consumadas.  

"Cada vez que un coche,

reproduce aquella noche,

derrapando bajo su balcón. 

Como un flashback 

regresa a su memoria,

como una obsesión,

aquella historia,

que nunca ocurrió"

La frase que cierra la canción es la más demoledora de todo el relato. El golpe definitivo era la ley del silencio que obligaba a todo el mundo a no hablar de aquellos sucesos. Un silencio que servía de amnistía a los culpables y de condena perpetua a la víctima. El peligro de no conocer la historia de un pueblo, es que abre la puerta a una posible repetición de sus episodios más negros. Pero igual de peligroso es intentar taparla deliberadamente o reescribirla a beneficio propio cuando las generaciones pasadas ya no están presentes para dar fe de ella. Sabina puso su granito de arena con esta canción dedicada a tantas Doñas Puras que vivieron en blanco y negro toda su vida, y que en los 80 todavía estaban vivas para escuchar este homenaje.