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06 noviembre 2023

De Purísima y Oro - La Zambra

 

@jsabinablog 💃 De Purísima y Oro, verso a verso. Hoy analizamos a "La Zambra y Los Gabrieles" # #sabina #joaquinSabina #JoaquínSabina #DePurisimaYoro #flamenco #lolaFlores #jsabina #sabinabysaavedra #madrid #zambra #antonioFlores ♬ sonido original - jsabinablog

25 mayo 2023

Contra todo Pronóstico

Cuando era más joven me gustaba rebuscar entre las cintas de casette que había por casa, y entre ellas di con varias de un tal Sabina. Era tan joven que ni siquiera había hecho la Primera Comunión. Todavía no entendía ni la mitad de esas canciones, y sin saber muy bien el motivo me abracé a la palabra de aquel señor. Una de las canciones que más me gustaban era precisamente "Cuando era más joven", en especial la versión en directo del concierto con Viceversa del Teatro Salamanca. Casi tres décadas después estaba en pie escuchándolo por (pen) última vez arrancar un concierto justo con esa canción. Se cerraba el círculo, ya no soy tan joven, ya no soy creyente, pero me sobran los motivos para seguir comulgando con la Fe Sabinera. 

Dicen que la vida no se mide en minutos sino en momentos, a mi me gusta medirla en conciertos de Sabina. Hace unos días estuve repasando los 5 conciertos a los que asistí, y me ha gustado situar el contexto histórico de cada uno de ellos. Un concierto es una combinación de lo que hace Sabina sobre las tablas y de tus circunstancias, eso hace que en cada uno de ellos cantes una canción con más motivación que otra. Fue mi sexto concierto y mi primero al mismo tiempo. Este fue el concierto en el que por fin pude cantar Contigo de la mano de la chica con quien quiero hacer ese estribillo realidad.

Fue mi sexto, y fue su primero, y yo me sentía como si estuviera presentándole a un ser muy querido de mi familia. Sabiendo que las primeras impresiones son las que más pesan, estuve cruzando los dedos para que Joaquín cuajara una gran actuación. No me dejó en mal lugar, hizo el mejor repaso posible a su inmensa carrera y no faltó la canción preferida de ella, "Por el boulevard de los sueños rotos". Si quieren conocer su nombre busquen en la letra de esa canción. 

Cuando era más joven me gustaba también bastante la canción "Todos menos tú", me imaginaba cómo sería reunir a gente tan variopinta como la que aparece en esa letra. Años después comprobé que era la mejor definición del público que asiste a sus conciertos, especialmente el de Madrid. Pocos artistas hay tan transversales como el flaco, nadie consigue mayorías tan absolutas.

Ese público que se deja la voz celebrando la supervivencia de Sabina en "Lágrimas de Mármol", que sabe que hola y adiós es la respuesta correcta en "19 días y 500 noches", que sabe quién es la dueña de un corazón 5 estrellas, que conoce todos los trucos para vivir 100 años y que sabe que al lugar donde se ha sido feliz no se debe volver...salvo que sea a un concierto de Joaquín, allí hay que volver siempre. Aunque ya no sea creyente, contra todo pronóstico creo firmemente en la eternidad; Sabina es y será eterno. 


05 septiembre 2021

Por el Boulevard de los Sueños Rotos

 


"Joaquín, yo vivo en el Boulevard de los Sueños Rotos". Esa fue la frase que Chavela Vargas le dijo al inquilino del número 7 de la Calle Melancolía. Esa frase fue la semilla de la gran amistad entre la Vargas y Sabina. Con esa frase, el flaco se inspiró para escribir una canción que consiguiera burlar todos los miedos. Una canción que homenajease a Chavela y a la historia de su país adoptivo, apuntalando los puentes que unen las tascas de Chamberí con las cantinas de Ciudad de México. Si alguna vez has silbado por Calle Melancolía o has escuchado las sirenas de los petroleros de Desolation Row, tu ruta tarde o temprano te llevará por el Boulevard. 


"En el Boulevard de los Sueños Rotos,

vive una dama de poncho rojo,

pelo de plata y carne morena.

Mestiza ardiente de lengua libre,

gata valiente, con piel de tigre,

con voz de rayo de luna llena"


Para contar la vida de Chavela Vargas seguramente se necesitarían miles de páginas y varios ríos de tinta. Para hacer una descripción perfecta de ella, a Sabina le bastaron seis versos. Con tres colores basta para dibujarla, el rojo de su eterno poncho, el plateado de las canas que ningún escenario se atrevió a teñirle y el moreno de una piel curtida tras varios reveses de la vida. Con tres conceptos se puede repasar su carácter, la valentía con la que vivió siempre, la libertad con la que rompió esquemas y su irrepetible voz de rayo, que la mecía entre el llanto y el canto. Nunca nadie ha cantado "La Llorona" como ella. Cuando consigues asociar tu nombre propio al de una canción popular, estás afianzando tu paso a la posteridad. 


"Por el Boulevard de los Sueños Rotos,

pasan de largo los terremotos,

y hay un tequila por cada duda. 

Cuando Agustín se sienta al piano,

Diego Rivera, lapiz en mano,

dibuja a Frida Kahlo desnuda" 

Recorrer la biografía de Chavela es como recorrer un museo histórico del México del siglo XX. Estaría repleto de cuadros de Diego Rivera y de Frida Kahlo, y el hilo musical correría a cargo de José Alfredo Jiménez y de Agustín Lara. Si has ido a alguno de los restaurantes mexicanos de "La mordida" en Madrid, habrás comprobado que en sus murales se encuentran dibujados varios personajes memorables del país azteca. Casi todos ellos estuvieron presentes en su vida, y Sabina no dudó un segundo en buscarles acomodo dentro del boulevard. Es aquí donde la canción aumentó sus dimensiones, y no se limitó a ser un homenaje a Chavela Vargas, sino a todo el país. Otro pasito más para que ésta también alcance el status de canción popular en algún momento, si es que no lo ha hecho ya. 


"Por el Boulevard de los Sueños Rotos,

desconsolados van los devotos,

de San Antonio pidiendo besos.

Ponme la mano aquí Macorina,

rezan tus fieles por las cantinas,

paloma negra de los excesos"


Pedro Almodóvar dijo una vez que desde Jesucristo nadie había abierto los brazos igual que Chavela. Si ya la habíamos dibujado antes con tres colores clave, al lienzo basta con añadirle un par de trazos que dibujen sus brazos en esa posición de divinidad absoluta. Si el chavelismo hubiera sido una religión, su lugar de oración no sería otro que una cantina; en la que siempre hubiera una botella de tequila para disipar cualquier duda por profunda que fuera. Entre sus oraciones estarían Macorina y Paloma Negra, dos canciones claves en el repertorio de la Vargas. La primera, una canción de amor a una mujer cubana, mestiza, mitad negra, mitad china. La segunda, una canción de desamor, de las consecuencias de una infidelidad. El canto y el llanto, siempre presentes, siempre en un lugar preferente de la vida de Isabel Vargas Lizano. 


"Por el Boulevard de los Sueños Rotos,

moja una lágrima antiguas fotos,

y una canción se burla del miedo.

Las amarguras no son amargas,

cuando las canta Chavela Vargas,

y las escribe un tal José Alfredo." 


Ese llanto que se escapa cuando de repente se aparece ante ti una vieja foto de un pasado, que aunque se haya superado nunca se olvida; y ese canto que suena con fuerza y sirve para espantar a esos fantasmas del pasado. Un canto que pone de pie a los que siguen brindando por un futuro más brillante. José Alfredo Jiménez firmó letras de infinidad de canciones que seguramente conoces y nunca te has parado a pensar en su autoría (si no te lo crees, te reto a que lo compruebes, no menos de 3 las has cantado más de una vez). Chavela Vargas le ha puesto voz a varias de ellas, y en muchos casos ha dejado el listón tan alto, que nadie ha sido capaz de superar su marca hasta la fecha. 


"Se escapó de una cárcel de amor,

de un delirio de alcohol,

de mil noches en vela. 

Se dejó el corazón en Madrid,

quién supiera reir,

como llora Chavela."


Durante muchos años Chavela escandalizó a la gente de la época, cuando en las salas de fiesta aparecía con vestimenta de hombre. En aquellos años no podía proclamar a viva voz su homosexualidad, pero ella consiguió escapar de esa cárcel de amor. El alcohol fue su siguiente gran infierno, hasta el punto de provocar su retirada prematura de los escenarios a finales de los 70. Pero fue otra batalla que consiguió ganar a principios de los 90, y justo ahí fue cuando Joaquín Sabina apareció en su vida y se colocó la primera piedra de este boulevard. Si Sabina tardó 500 noches en aprender a olvidar a una mujer, Chavela se pasó 1000 de esas largas noches en vela.  


24 mayo 2021

Zumo de Neón


La calle y la noche son dos términos innegociables en un contrato Sabinero, en ese espacio tiempo se gestaron sus mejores canciones. A los reporteros de guerra los mandan muy cerca de la primera línea de fuego para que sus crónicas tengan ese toque de autenticidad que las diferencie de una mera exposición de los hechos. Joaquín Sabina fue ese correponsal durante muchos años que se recorría las calles hasta que llegasen las horas ambiguas en las que se mezclan borrachos y madrugadores. Por esas calles vió desfilar a la Melancolía y a la Soledad, allí se cruzó con Princesas, Barbies y Marías de Magdala; esas calles fueron la notaría donde validar un pacto entre caballeros. Siempre se dejó iluminar más por la luz de Luna que por los rayos insolentes del Sol, y en sus negras noches, sus noches perdidas y sus 500 noches se cimentaron varias de las historias más grandes jamás cantadas. Como si de un prólogo se tratase, en uno de sus primeros discos nos hizo un ensayo sobre la noche, los bares y sus personajes, tan certero como imperecedero. Pónganse cómodos que les acabo de pedir un Zumo de Neón. 


 De pronto alguna tarde

te pasan calidad y de repente

los bulevares arden,

la piel recibe un telegrama urgente.


Los bares y los rostros

fascinan un instante, luego mueren,

asómate a mis ojos

si aún no has comprendido lo que quieren.


Estamos asistiendo a una canción rodada en plano secuencia, arrancamos una tarde cualquiera en la que la hora de inicio te la puedes marcar tú, pero la hora final está en el aire. En los primeros versos de la canción ya hemos recibido un par de estímulos, cada cuál que elija su propio sabor. La metáfora de un telegrama urgente llegando a tu piel es tan descriptivo como versátil. Cada uno tiene sus receptores y sus niveles de activación, pero la sensación es la misma, algo o alguien que te saca del ralentí. Ahora es el momento de introducir el tercer término básico del contrato, los bares, como unidades de destino de los viajes sin rumbo. Y esta propiedad conmutativa de calles, noches y bares, no ha variado apenas en 30 años. Incluso cuando el mundo se puso patas arriba, esta fórmula aguantó estoicamente, a pesar de que al Zumo de Neón le quitasen varias vitaminas. 


Los cuerpos que me clavan

sus codos y su prisa son de hielo,

la noche se derrama

sin dejarme chupar su caramelo.


Acabo vomitando

en los lavabos de un antro moderno;

un grupo está tocando

rock and roll a las puertas del infierno.


En el siguiente plano ya estamos en el centro de la pista, esa jungla en la que a veces es complicado abrirse paso, sobre todo en aquella normalidad donde los codos se usan para marcar el territorio y no para saludar a la gente. Cuando las noches se alargan, las posibilidades de que se derramen crecen. Y esa metáfora es otra genialidad del flaco, porque ese verbo es adaptable a muchos sujetos, se pueden derramar copas, personas, planes... Sin embargo en este relato, vemos el derrame en primera persona y damos con nuestros huesos en los baños. Otro lugar en el que se podrían reescribir los cuentos de las mil y una noches. Los baños son como el purgatorio del local y de la noche; ahí muchas veces se decide si la noche acaba en redención o en condena, y si la condena será dulce o amarga.    


El club del desengaño

de madrugada está superpoblado,

la sombra de un extraño

planeta sobrevuela los tejados.


El grueso de la tropa

se afeita para ir a la oficina,

los jefes van de coca,

los curritos de tinto y aspirinas.


Como si de una ópera se tratase, nos adentramos en su tercer acto. Aquí ya estamos rozando el límite de la noche y el día, y nuevamente Sabina simplemente necesita dos versos mayúsculos para indicarnos esa transición; la sombra del planeta sobre los tejados. Justo cuando el Sol empieza su jornada laboral, los primeros testigos son los tejados, porque sobre ellos se proyectan las primeras tímidas sombras, fruto de esa luz que todavía está al ras del horizonte. Pero a su vez hay otro lugar en el que se puede seguir alargando la nocturnidad, ese club del desengaño que podría ser el nombre honesto para los after hours. Y por último, en los versos que cierran la historia hay una reflexión muy acertada sobre como la noche une a los diferentes estratos de la sociedad pero sin dejar de diferenciarse. Los jefes van al reservado y los curritos hacen cola para entrar. Pero todos ahuyentan la depresión de la misma manera, y cuando dan las luces, todos vuelven a sus vidas serias hasta el próximo brindis con zumo de neón. 


Mar donde flotan

piruetas de bufón,

toreros de salón,

amor de garrafón,

dame, dame música idiota

y zumo de neón

contra la depresión,

todos se miran

na-na-nadie se toca.


El estribillo de la canción debería estar cincelado en el suelo de todas las discotecas, pocas veces se ha definido mejor el contexto de esos lugares. Un barrido 360 en el que retrata al tipo de gente que se concentra allí y sus andares. Esas piruetas de bufón valen tanto para el que lleva el ritmo en la sangre como para el que baila de manera ortopédica. La metáfora taurina de los toreros de salón también está muy bien traída, porque eso no deja de ser una mezcla de coso taurino con circo romano. Allí se alternan muletazos con capotazos cuando alguien necesita ayuda o cobertura. Están los que salen a recibir al toro y los que huyen corriendo tras la barrera. Los que salen a hombros y los que acaban revolcados en la arena. También hay un hueco para la crítica de que nadie se toque al bailar, esto al igual que la moda es algo cíclico. Probablemente de los 80 a los 90 con la llegada de la música dance se produjo ese cambio brusco. El siglo XXI le enchufó la electricidad a los ritmos latinos y se cambiaron las tornas de nuevo. El año 2020 desterró el acercamiento social por completo, pero eso es otro tema. 

Luego está la referencia a la música idiota, otro concepto que no desfallece. Esa música que nadie reconoce escuchar en su casa, pero que a todo el mundo le hace un click en el cerebro cuando se encuentra en ese lugar. Y por último, ese líquido elemento que da título al tema, el "zumo de neón" contra la depresión. Y es que muchas veces la mejor terapia es dejar a tu mente navegar a la deriva de este mar, nunca sabes en qué islote te puedes refugiar o a qué naúfrago puedes rescatar. 



11 mayo 2021

Oiga, Doctor


2020 nos provocó a todos un profundo sentimiento de preocupación por nuestras personas más queridas y más vulnerables. Afortunadamente 2021 nos está cambiando ese pesar, y ahora tenemos un sentimiento de pequeña victoria y euforia contenida, cada vez que una de esas personas van recibiendo su dosis. Tenía que ser en el mes de Abril, el más apreciado por Joaquín, cuando él recibiera su primer empujón de vuelta a la vida moderna.


Recordar más las noches que los días, que nos dieran la una, las dos y las tres, que nos calasen hasta los huesos los besos sin dar, que se nos echara encima la hora maldita en la que los bares cerraban... Durante mucho tiempo pensamos que eso ocurría exclusivamente en la vida canalla de Joaquín. Y sin embargo, la realidad nos ha demostrado que esas costumbres eran muy nuestras también. Montado en su caballo de cartón, Sabina ya advirtió que era más tolerable que nos robasen los días que las noches. Ha sido mucho tiempo sin poder levantarle la falda a la Luna.

Esa es la vida que poco a poco queremos recuperar, queremos volver al puesto del rastro, queremos volver al Café de Nicanor, queremos volver a brindar con zumo de neón, necesitamos recuperar el ruido, jugarnos la boca, reclamamos que el diablo se ponga de nuestra parte, deseamos lucir nuestros tatuajes de este pasado bucanero y, pasados los años, intentaremos negar que estuvimos paseando demasiado tiempo por Calle Melancolía. 

11 marzo 2021

¡Eh, Sabina!

En muchas canciones de Sabina se puede percibir que ciertas andanzas están basadas en hechos reales, en sus hechos reales para ser más concretos. Hay otras canciones en las que él se ha encargado de despejar cualquier género de dudas; aunque en su último disco decidiera darle un giro al guión y nos lo negase todo. Lo niego todo es una canción retrospectiva de su carrera, y ha sido el contrapunto perfecto a otra canción que resultó ser una profecía de su personaje. Se trata de ¡Eh Sabina!. Cuando su carrera empezaba a despegar, Sabina decidió poner las cartas sobre la mesa, dejando claro que sus pasiones (mal llamadas vicios) iban a estar muy presentes. 

"Como fumo demasiado

 mi voz se empieza a quebrar,

sueno tan desafinado,

si, do, re, mi, fa, sol, la...

Vivo del cáncer a un paso

sin hacerles caso a..."

Por aquel entonces apenas se percibía que su voz hubiera empezado a quebrarse, pero quizá el ya era consciente de que el aguardiente se iba a quedar a vivir para siempre en las arrugas de su voz. Si tuviéramos que elegir un objeto que representara a Sabina, seguramente habría consenso con el bombín. Pero no olvidemos que hasta que el siglo XX no llegó a su fin, ese complemento no tuvo un papel tan protagonista. Ampliando el horizonte temporal, el cigarrillo ha sido el único que le ha acompañado desde el principio, y ni siquiera una nube negra consiguió arrebatárselo de las manos. 

"Como bebo demasiado

y no me sé controlar,

del trabajo me han echado

por falta de seriedad.

Que me pongan otro vaso,

no pienso hacer caso a..."

Sabina siempre le mostró sus respetos al Whisky, rápidamente nos dejó claro que él no era de mancillarlo a base de sodas. Como un buen bebedor profesional, era más de dejarlo on the rocks, aunque eso implique que esos pequeños placeres vitales sean tan intensos como efímeros. El tequila también ha ocupado un lugar privilegiado en el Sabina Bar, aunque Chavela Vargas le confirmó que el mejor tequila ya se lo bebieron entre ella y José Alfredo. Sin embargo, la historia nos acabó mostrando como los tequilas acabaron perdiendo la batalla por 6 a 1, frente a su otra pasión, las mujeres. 

"Como salgo demasiado,

con chicas a vacilar.

Del trabajo me han echado,

por falta de seriedad. 

Gozando las noches paso,

sin hacerles caso a..."

Pese a que sus aves de paso todavía no habían roto el cascarón, Sabina ya nos iba avisando de cuál iba a ser su mayor vicio, pasión, inspiración y perdición. Como sus princesas acabarían siendo superstars y su Magdalena acabaría llenando el vacío dejado por su Soledad. Como las medias negras, bufandas a cuadros y minifaldas azules acabarían vistiendo a frentes altas y lenguas largas. Y, finalmente, contra todo pronóstico como una Rosa de Lima acabaría proporcionándole la felicidad doméstica a la que tantas veces burló. 

"Los que me dicen...

Eh, Sabina, ten cuidado con la nicotina. 

Eh, Sabina, ten cuidado con el Paternina. 

Eh, Sabina, ten cuidado con la Josefina.

Naranjas de la China, no,

dame sexo y rock and roll."

02 febrero 2021

Por el túnel

 


¿Te imaginas que hubiera una canción que combinase las historias de Princesa y la Magdalena? ¿Y si te digo que esa canción ya existe? ¿Y que esa canción la escribió Sabina un poquito antes que la historia de la muñeca de sucia camisa, y muchos años antes que la de la más señora de todas las putas? Pues acompáñame a transitar este túnel donde solamente las flores más oscuras consiguen florecer mientras el resto se marchitan. 

"Por el túnel" le dio el pistoletazo de salida a esas historias de Sabina y las mujeres que acaban desfilando por el filo de la navaja, toreando a la vida con su bolso y librando batallas que en numerosas ocasiones las gana el olvido. Con su maestría habitual (aunque por el año 1984 era incipiente todavía) en los dos primeros versos ya nos consigue situar perfectamente en el plano de esta canción. Un viaje nostálgico hacia un tiempo mejor, y hacia un lugar en el que fue muy feliz. No tan grandilocuente como Comala, en esta ocasión es simplemente la casa con jardín de una vieja amiga. Si en su niñez la referencia cinematográfica por excelencia de Sabina eran las películas de romanos, en esta ocasión, más a medio camino entre la juventud y la madurez, nos traslada al lejano oeste. El porta su sombrero de llanero solitario y ella su cancán de bailarina. Y cuando todavía no nos hemos terminado de bajar del caballo ya sabemos del paradero de esta mujer; un bar de luces azules, rojas y amarillas. 


Regreso al tiempo en que te conocí

Cuando el mundo acababa en tu jardín

Yo era el cowboy más duro de la Unión

Y tú la bailarina del saloon

Todas te aventajaban en virtud

Pero ninguna daba lo que tú

Luego volaste, alguien me contó

Que has hecho del amor tu profesión


Y sin tiempo apenas para digerir esta secuencia de acontecimientos, aparece el estribillo para asestar un golpe certero; un cóctel explosivo que mezcla nostalgia, remordimientos y enlaza los momentos claves de esta travesía por el túnel. Con una referencia temporal, en este caso el invierno (probablemente seguido de un robo primaveral). Con una referencia social, ese amigo que decidió apearse de su vida, no sabemos pero intuímos que con secuelas importantes en la vida de ella. Y, finalmente, con una referencia personal en la que se empezó a torcer el renglón de un cuento de hadas; un abandono y varios resbalones que le acaban poniendo en una casilla del tablero en la que nunca pensó que acabaría. Es ahí donde la encuentra de nuevo el tipo más duro de La Unión. 


Desde que aquel invierno terminó,

desde que aquel amigo se esfumó,

desde que decidiste abandonar,

desde que comenzaste a resbalar 

Por el túnel que lleva

donde crece la más oscura flor 

de la ciudad.


El tramo final de la canción le ofrece un pequeño consuelo a la, en teoría, desdichada protagonista de la historia. El cowboy ya no presume de la dureza de antaño, probablemente las muescas que antes lucía en el cinturón ahora le duelen en el corazón. Con un breve repaso de como los avatares de la vida han ido afectando a todos los de aquel grupo de antaño, descubre que nadie tiene un brillo particularmente fuerte. Que si al final de este túnel se ve una luz, no es porque a ellos les haya ido especialmente bien. Con un verso pone sobre la mesa como esa felicidad doméstica de hijos y domingos de fútbol está más cerca del tedio que de la pasión. Intentando recuperar esta última, acaban concertando una cita por los viejos tiempos. Y como si de una confesión se tratase, le acaba concediendo la absolución. 


Yo sigo igual, ya ves, aquí en Madrid,

las cosas no dan mucho más de sí.

Un día te llamo y vamos a cenar,

espero me hagas un precio especial.

El resto de la banda se perdió,

el maldito reloj los engulló, hacen quinielas, hijos,

van al bar, tu oficio no es peor que los demás.


Esta canción también fue la primera vez en la que pudimos disfrutar de la estrecha amistad entre Joaquín Sabina y Los Secretos. Los hermanos Urquijo grabaron su propia versión de este tema, con un areglo musical diferente. Son los dos únicos registros musicales que tenemos de este tema. Lástima que Sabina nunca haya decidido rescatarla. Por el túnel conseguimos llegar a las islas de la moda de Princesa y aparcamos junto a las caderas de María de Magdala. 





25 diciembre 2020

Feliz Navidad

 🎄☃️ Feliz Navidad familia Sabinera ☃️🎄 

Este año nos ha tocado silbar demasiadas veces la melodía de la Calle Melancolía, pero seguimos teniendo más de cien motivos para pensar que el tranvía con destino Barrio de la Alegría está llegando.  
Regresarán las risas, los bares, volveremos a los moteles y los garitos. Enseñaremos la boca, la lengua y los dient
es. Sacaremos los pies del barrio y pondremos el grito en el cielo por otros motivos. Buscaremos de nuevo de las setas en Noviembre y la fiebre solamente será un síntoma de la Primavera.


Las heridas que hoy tenemos se convertirán pronto en medallas, y la melancolía será solamente un mal menor. Los proyectos que se marchitaron volverán a florecer y el alma en oferta que nunca vendimos se revalorizará. Y, lo más imporante, seguiremos teniendo a los abuelos que siempre ganaban batallas.


Sigamos sumando pupilas donde vernos vivos, y hagámoslo de cien en cien.




25 noviembre 2020

Bendito maldito Maradona

 


2020 se ha empeñado en no dejar ni un buen recuerdo y en su paso arrollador se ha llevado por delante al Diego.  Un jugador brillante que cuando colgó las botas siguió tirándole fintas a la vida durante mucho tiempo, quedando al borde del fuera de juego y de la expulsión en muchas ocasiones. En uno de los múltiples sustos que dió, allá por 2004, Sabina le escribió un soneto titulado "No te nos mueras más". Un soneto que tenía un cierto aroma a sus "malditos benditos y benditos malditos". 

Maradona ha sido probablemente una de las figuras que más veces ha combinado la maldición con la bendición. Capaz de estrecharle la mano a Dios al tiempo que sus pies se tropezaban con el Diablo. Capaz de regatear a todo un batallón de defensas de la Pérfida Albión y de no saber manejar los tiempos cuando era su vida la que estaba en juego. Nos queda la duda de cuál será el equipo que lo fiche para la posteridad, cuánto tiempo lo tendrán calentando en la banda del purgatorio y si acabará jugando entre llamas o entre nubes de algodón.  Bendito Diego, maldito Armando, eterno Maradona.

"Bendito sea el noble colchonero
que pierde como sabio con farlopa,
para vosotros putas y dinero,
para mí, Torres, Diego y otra copa.

La doce, frente atlético, lo mismo,
Caballito, Perón, la última curda,
nos une la pasión y el catecismo
de los que nada creen y aman tu zurda.

Pelotero genial, hincha pelotas,
amigo de Fidel, hermano mío,
loco, enfermo, cabrón, líbero en zona.

Benditos sean los tacos de tus botas,
bendita tu receta contra el frío,
mano de Dios, bendito Maradona."


Maldito sea el vómito, la arteria
que disloca la coca de los pibes,
vivir era un balón de feria en feria,
morir... un cero a uno contra River.

Maldita sea la carpa desalmada
que te pitó un penal, letal e injusto,
maldita sed de todo siendo nada,
no te nos mueras más ¡pucha qué susto!

Qué falta de respeto, mundo killer,
los penúltimos llegan los terceros,
Nápoles, cebollita, Barcelona.

Malditos sean Coppola y Czysterpiller,
los dealers, las madamas, los banqueros
que le chupan la sangre a Maradona.

10 noviembre 2020

Doña Pura

Es complicado hablar de canciones inéditas de Sabina a estas alturas, cuando su discografía oficial y la no oficial ha sido escrutada hasta el extremo. Aún así hay una canción que llama la atención por haber pasado muy de puntillas, y que contiene un verso que podría considerarse de profético "Aquella historia 

que nunca ocurrió". 

Se trata de la canción "Doña Pura". Una canción que Sabina firmó junto a Noel Neto y apareció en la I Antología de cantautores andaluces. Pese a haberle perdido el rastro durante muchos años, el único registro audiovisual con el que contamos incluye una pequeña presentación por parte del propio Joaquín. La cantó durante el primer gran disco en directo junto a los Viceversa, y la introdujo de la siguiente forma:

"Esta canción que viene ahora es otro estreno. Yo he querido contar en ella, esas historias que oíamos los niños de posguerra alrededor de la mesa camilla. Siempre hablaban de una tía, o de una señora que había en el pueblo, o de una tía nuestra vestida de negro a la que le había pasado algo horrible. Siempre lo oíamos con medias palabras, nunca sabíamos muy bien que había pasado. Ese tipo de atmósfera siniestra he querido ponerla en esta canción. Se llama Doña Pura". 

"En esa postura,

tal como hoy la veis, 

lleva Doña Pura 

desde el 36.

Enterrada en vida,

carne de alcanfor,

oxidada como el tic tac

de su reloj". 

En esta canción Joaquín vuelve a demostrar su enorme maestría a la hora de dibujarnos a un personaje con cuatro versos. Al poco de arrancar esta canción ya tenemos un boceto bastante preciso del aspecto de Doña Pura. Una mujer que no cuenta en las cifras oficiales de bajas de una guerra fratricida, pero cuyas heridas jamás suturan. 

"Noche interrumpida,

por enaguas malheridas,

brazo en alto y vino peleón. 

Soldados que 

la llaman por su nombre,

sudor de hombre,

en su habitación". 

En la siguiente estrofa de la canción pasa a relatarnos los sucesos que provocaron la caída en desgracia de Doña Pura. Con brevedad y contundencia nos relata el quién, el cómo y el dónde. Todo menos el por qué, y es que para esa pregunta, casi un siglo después seguimos sin encontrar una respuesta que no sea la sinrazón. Las retaguardias de las guerras muchas veces eran lugares más cruentos que el frente de batalla. En esos lugares las luchas estaban totalmente desequilibradas, las botas militares aplastaban sin piedad los cuellos civiles más indefensos. 

"Cuerpo diminuto,

cera sin arder,

riguroso luto, 

desde aquella vez,

en que la tijera,

de la humillación,

se clavó un amanecer,

en su corazón". 

Las represalias eran tremendamente crueles, a veces ocultas entre cuatro paredes y otras veces con escarnio público para dejarlas señaladas de por vida. Las tijeras arrancando a jirones el cabello de las mujeres, era uno de los métodos más comunes y vergonzantes que se aplicaron en aquellos años. Este es el episodio que le ocurrió a Doña Pura, y que Joaquín nos relata a pesar de que durante muchos años le dijeron que no hablase del tema. Esa cera sin arder, es esa vida truncada en los primeros compases, cuando todo deberían ser sueños realizables y no pesadillas consumadas.  

"Cada vez que un coche,

reproduce aquella noche,

derrapando bajo su balcón. 

Como un flashback 

regresa a su memoria,

como una obsesión,

aquella historia,

que nunca ocurrió"

La frase que cierra la canción es la más demoledora de todo el relato. El golpe definitivo era la ley del silencio que obligaba a todo el mundo a no hablar de aquellos sucesos. Un silencio que servía de amnistía a los culpables y de condena perpetua a la víctima. El peligro de no conocer la historia de un pueblo, es que abre la puerta a una posible repetición de sus episodios más negros. Pero igual de peligroso es intentar taparla deliberadamente o reescribirla a beneficio propio cuando las generaciones pasadas ya no están presentes para dar fe de ella. Sabina puso su granito de arena con esta canción dedicada a tantas Doñas Puras que vivieron en blanco y negro toda su vida, y que en los 80 todavía estaban vivas para escuchar este homenaje. 

01 octubre 2020

El Café de Nicanor


Una de las mejores metáforas de las canciones de Sabina es "esa hora maldita en que los bares apunto están de cerrar". 2020 está llevando a unos límites insospechados esa sensación de que te van a cerrar el bar. Sabíamos que las tascas eran un elemento muy importante en nuestras vidas, actuando como estaciones de servicio en las que echarle gasolina al cuerpo y al espíritu. De repente se nos ha cortado ese suministro, y tenemos que seguir en movimiento con mucho menos combustible. Podríamos decir que los bares son lo más importante de lo menos importante. 

La carrera de Sabina se ha ido forjando a fuego en estos lugares, y escuchando sus letras hemos ido entrando y saliendo de infinidad de garitos. También hemos reincidido en el mismo bar, con resultados muy dispares. El bar de un pueblo con mar castigó esa reincidencia, y como si de Cenicienta se tratase el hechizo se rompió convirtiéndolo en una sucursal del Banco Hispano Americano. Sin embargo, "El Templo del Morbo" premió el retorno con una voz ardiente susurrando al oído. 

Los bares siempre han aparecido de manera salteada en infinidad de canciones, pero hay una en la que se le da un papel muy protagonista, llegando incluso a titularla; se trata de "El Café de Nicanor". Como si de "La Colmena" de Camilo José Cela se tratrase, Sabina nos va introduciendo a todos los parroquianos habituales de ese local, atendidos por el discreto Nicanor. 

"La noche que Guillermina,

no contenta con la patria potestad,

y el ático en Concha Espina,

quiso el Volvo en propiedad,

tirado en una cuneta me desperté. 

A dos leguas del café,

con una maleta al hombro,

llena de escombros

y un bollo de pan de ayer"

No se limita a dibujarnos a los personajes que se sientan a la mesa más redonda del café, también nos hace una pequeña introducción de los motivos por los cuáles dirige sus pasos hacia ese lugar. El protagonista se encuentra de repente en mitad de la calle, quizá cerca de una glorieta coronada por la estatua de un poeta, tras un divorcio del que no ha salido muy bien parado (probablemente haya reservado ya un colchón en la posada del fracaso). Con sus recuerdos convertidos en escombros, vuelve al lugar donde siempre tiene una copa en la barra y unos viejos amigos con mil historias que contar. 

"Le hemos echado de menos,

me dijo el bueno del barman que me sirvió

vaso largo con limón,

la misma copa de ron,

que el lunes va a hacer un año

me dejé en el mostrador"

"Después de pagar dos rondas

(tres, contando la del baño)

recuperé, entre la condesa y Julio

mi escaño de contertulio,

mi carnet de fundador

de la mesa más redonda

de El Café de Nicanor" 

Se sienta en la mesa más redonda, y la forma de la mesa no es casual, nadie la puede presidir, todos tienen el mismo derecho y el mismo deber con sus compañeros del café. Todos los estratos sociales están representados, desde la nobleza hasta el camello del barrio, desde alguien que ha pisado la luna hasta el que deja rastros  del albero de la plaza. Todos unidos por andar escasos de esas tres cosas que dicen que hay en la vida, y por las que Dios recibe agradecimientos. 

"Estaban Gámez el astronauta,

Gastón el flauta, Mari La Tetas,

El novillero poeta con su mujer.

El pobre Don Agapito

y un camellito sin dientes

paisano de un primo hermano

de algún pariente lejano

de Ana Belén"

Sinceramente pienso que si el Purgatorio existe, se debe tratar de un bar. En pocos lugares se solucionan problemas más complejos, se intercambian opiniones más opuestas y se urden planes más aleatorios. El tiempo se mide en vasos de vino, la osadía en copas de ron y el arrepentimiento en botellas de agua. No existe una captura más fiel de la sociedad que un plano secuencia de un bar, desde la barra de chapa, pasando por la esquina de la máquina tragaperras, recorriendo el pasillo que conduce al baño y saliendo por la ventana donde el camarero atiende a los que están fuera, fumándose la vida. 

"Se nos sube a la cabeza,

la espuma de una tristeza

crespuscular. 

El óxido de los días,

las utopías con hielo,

el azul galimatías

del cielo según San Juan."

La última estrofa de la canción es la más brillante de toda la canción, porque es capaz de encerrar todas las esencias de este bar y es capaz de algutinar los sentimientos que comparten todos los allí presentes. La espuma como vehículo que es capaz de mover la tristeza más profunda y transformarla en euforia cuando pega fuerte en la cabeza. El óxido como prueba irrefutable de los efectos del paso del tiempo, perdón, del paso de las copas.  Las utopías con hielo, porque todos hemos sobreestimado nuestras capacidades con un cubata en la mano, aunque paradójicamente lo que hacen son mermarlas. En resumen, un hermoso galimatías en el que te sientes tan agusto que siempre acabas alargando tu estancia más allá de la hora que en un principio te marcaste de regreso a casa (que no necesariamente hogar). 

"Un calcetín con tomate

y el último disparate

de Nicanor. 

Que cuando le preguntaron

si había estado enamorado,

como es un hombre sincero,

Yo, no señor contestó,

yo siempre fui camarero". 

La guinda final es para el dueño del bar, y es que es bastante frecuente que estos lugares lleven el nombre del señor que te atiende detrás de la barra. A veces se mimetizan tanto con el establecimiento, que son un aliciente más para ir. Creo que en el genero de las memorias o biografías tenemos un gran déficit de aquellas sobre la vida de los camareros. Sabina necesitaba un poco de imaginación para colarse en el traje y la piel de otros hombres, Nicanor simplemente necesita hacer un poco de memoria para relatarte las historias de infinidad de personas. Ha sido testigo de tantas vidas en esas cuatro paredes, que por momentos se ha olvidado de vivir la suya. Creo firmemente que entre los trabajadores fundamentales de una sociedad, deberíamos incluir a todos los Nicanores que a lo largo de nuestra vida nos han facilitado mesas rondas, vasos largos y unos buenos hielos para conservar nuestras utopías. 


25 mayo 2020

El Caso de la Rubia Platino

Se han hecho infinidad de películas con menos guión que esta canción. Si tuviera que resumir la canción en una frase sin duda sería esa. Dentro de las diversas historias que Sabina nos ha cantado a lo largo de los años, tenemos algunas que hablan de lugares, de personajes y de vivencias más o menos autobiográficas. "El Caso de la Rubia Platino" es una novela negra perfectamente adaptable al mismo género cinematográfico. Tiene todos los ingredientes necesarios, una trama, dos personajes protagonistas y carismáticos, planos cortos, planos largos, ambientación, giros de guión y todo ello contado con el nervio que requiere condensarlo todo en un metraje de 5 minutos. 

"Me adelantó un talón de setecientas,
más gastos, sin contar otras quinientas
en fichas del casino. 
Mi último tren llegaba con retraso,
así que decidí aceptar el caso
de la rubia platino"

En la primera estrofa ya conocemos a todos los personajes de la historia así como el escenario en el que se va a desarrollar la historia. Alguien recibe un encargo bien pagado por un caso que involucra a una rubia platino. En el pago van incluidas una buena cantidad de fichas del casino, y además se nos habla de un último tren que no terminaba de llegar. Si sumamos a la ecuación un casino y una rubia platino, nos pueda venir a la mente rápidamente la película de Scorsese protagonizada por Sharon Stone. Pero estas son las primeras pinceladas simplemente, en breves tendremos un par de secuencias que terminen de perfilar ambos caracteres. 

"Yo era un huele braguetas sin licencia,
quemado en la secreta por tenencia,
extorsión y líos de faldas. 
Estaba, como buen ex-policía,
a sueldo de un pez gordo que sabía
cubrirse las espaldas" 

No esperéis nombres propios en esta canción, es parte de la magia, cada uno puede hacer su retrato robot en base a la descripción que Sabina hace de ellos. Empezamos con el "huele-braguetas", un policía que ha sido expulsado del cuerpo por diversos delitos. Alguien acostumbrado a moverse por los lugares más turbios y por las noches más negras, y que en esta ocasión acepta un encargo de un capo. Creo que más de uno ya le está colocando una gabardina, un sombrero y una densa humareda a modo de aureola (de maldito bendito). 

"Ninguna zorra vale ese dinero,
pensé, mientras dejaba mi sombrero
nuevo en el guardarropa. 
Cantaba regular, pero movía
el culo con un swing que derretía
el hielo de las copas" 

En la tercera estrofa entra con fuerza la rubia que da título a la historia. Curiosamente en su descripción ya nos encontramos de bruces con las contradicciones y luchas internas a las que se enfrentará el quemado policía. Empieza desdeñando su supuesto valor cuando todavía no se ha producido el primer encuentro. Pero rápidamente su valor empieza a fluctuar y su movimiento de caderas consigue alterar el estado del hielo de su copa y de su ritmo cardíaco. 

"Cuando salió por fin del reservado,
sentí que las campanas del pasado,
repicaban a duelo. 
La última vez que oí esa melodía,
me recetaron tres años y un día,
más IVA, en la Modelo"

Antes de entrar de lleno en la trama, la narración nos hace un flashback para confirmar que todos los asuntos turbios de este huele braguetas le habían llevado directamente a prisión. Concretamente, tres años en la cárcel Modelo.

"Los besos que dan las chicas malas
salen más caros cuando los regalan
y huelen a fracaso.
Pero el croupier me echaba cartas buenas
y la rubia platino era morena
y el caso era un gran caso" 

Una vez que tenemos claros los perfiles, podemos entrar de lleno en la trama que une a esta pareja, tan extraña y tan común en el imaginario colectivo. El ex policía empieza a ganarse la confianza de la rubia y ambos ruedan al mismo ritmo que las ruletas del casino. Curiosamente empieza a ver como la fortuna del juego y la amorosa se van poniendo de cara. No se dice explícitamente el tiempo que transcurre en esta conquista, se deja abierto a la imaginación. En estos asuntos cada uno tiene sus técnicas, sus tiempos, sus gestos, sus detalles y sus sutilezas en el interlineado de los mensajes. Algunos son expertos en explosivas carreras de velocidad, otros se manejan mejor en carreras de fondo. En ambos casos, lo importante es alcanzar la meta el primero; la medalla de oro de un velocista tiene los mismos kilates que la de un fondista.

 A partir de aquí comienzan diversas revelaciones importantes, la rubia se torna en morena, y comenzamos a olvidar el mandato original era acabar con su vida. Incluso podemos cuantificar esta transformación de forma muy objetiva, al principio consideraba que su precio estaba sobrevalorado, ahora le acaba confirmando que se había quedado muy corto en aquella estimación. 

"En un bistró del puerto de Marsella
nos fuimos demorando entre botella
y botella de Oporto. 
Los que pusieron precio a su cabeza,
le dije exagerando su belleza,
se habían quedado cortos"

En una historia donde nos encontramos combinaciones tan explosivas como la belleza de la rubia y la peligrosidad del ex agente de la ley, no es casualidad que la acción discurra en Marsella. Una ciudad que también cuenta entre sus adjetivos más calificativos los de bella y peligrosa. En una historia donde las situaciones límite son frecuentes, tampoco es casualidad que se haga referencia al Oporto. Una bebida que se encuentra en el límite de ser considerado como un vino o como un licor, y que cuenta con un porcentaje de alcohol que puede ser traicionero. 

"Puede que me estuviera enamorando
porque antes del café cambié de bando,
de hotel y de sombrero. 
Mi viejo puso un cuarto con dos camas,
fingiendo que la dama era una dama
y su hijo un caballero"

Llegados a este punto el giro del guión inicial ya se ha consumado. Los sentimientos se le han cruzado y han puesto patas arriba el negocio que se traía entre manos al principio. Redirige sus pasos y en vez de dirigirse a un hotel, le abre la puerta de su dormitorio y jugando con la ambigüedad de la caballerosidad asistimos a la consumación de la intensa relación. 

"Ni siquiera, señores del jurado,
padezco, como alega mi abogado,
locura transitoria. 
Disparé al corazón que yo quería
con premeditación, alevosía
y más pena que gloria"

Pero esta historia había empezado en blanco y negro, con una presencia mucho más notable de los tonos oscuros que los claros, y parecía que estaba empezando a teñirse de color de rosa. Nada más lejos de la realidad. Tras una elipsis brutal, el guión vuelve a dar otro giro, completando los 360 grados y volviendo a la posición de partida. El ex policía vuelve a dejar de escuchar el compás que su corazón le había ido marcando hasta ahora, y acaba disparando a la dama, completando el encargo para el que había sido contratado. De repente nos encontramos con él testificando, como un pez de ciudad más, ante un jurado al que le confirma que ya no le quedan agallas para eludir la justicia. 

"Para jugar al BlackJack y ser un duro
andar de escaso de efectivo
es igual que pretender envidar
con un farol al futuro. 
No por casualidad 
me temen en los casinos. 
Diez de los grandes por seguirle los pasos
a la rubia platino"

"Para no ser un cadáver en el tranvía
aparte de tener gramática parda,
hay que saber que las faldas son una lotería. 
Con luz de gas, brilló mi lámpara de Aladino. 
Me daban diez de los grandes
por el caso de La Rubia Platino" 

Ya sabíamos que este personaje había pasado más de una noche en la posada del fracaso y que se encontraba plenamente cómodo en el universo del perdedor al que tanto ha cantado Joaquín. El cierre final de la canción nos lo sitúa barruntando que esos diez de los grandes que le habían prometido, más el escarmiento de no haber ganado nunca el premio de la lotería que esconden las faldas; eran suficiente justificación para la decisión que había tomado. Ahora ya solamente nos queda dar paso al plano final, un fundido a negro, una cámara que se aleja del patio de la prisión donde este villano volverá a cumplir condena, y finalmente, un brindis en memoria de la rubia platino con esa copa cuyos hielos sublimó a golpe de cadera.