28 abril 2018

Insumiso en el cielo

Supongo que un Ángel con alas negras siempre se resiste a llamar a las puertas del cielo, y rehuye la llamada de San Pedro aunque éste le reclame por su nombre.🗝️ Estos días hemos asistido al enésimo episodio de supervivencia de Joaquín Sabina, cuando una trombosis cambió una semana de conciertos por una de hospitales. Hoy vuelve a declararse insumiso en el cielo y regresa a casa, porque si es el escenario el que le grita "ven", la respuesta no se hace esperar demasiado. 

De momento tendrán que seguir esperando en el cielo, aunque no sabemos a ciencia cierta cuál sería el cielo de Sabina. El cielo lejano y alto al que su Calle Melancolía vomitaba humo, o el cielo de almidón y betún bajo el que se removían las arenas movedizas. Quizás sea el cielo al que caía la bolsa según un diario que no hablaba de ti ni de mi, o ése al que a sus puertas le ladraba un perro de nadie.

Podría tratarse también del cielo de Madrid, el que pisaba en vuelo regular a la vuelta de un lugar feliz al que no debiera tratar de volver. Creo que nos estamos acercando bastante, no olvidemos que Madrid se encuentra a mitad de camino entre el infierno y el cielo; y Joaquín siempre presumió de tener un amigo llamado Satán que le espera en un dulce infierno. Aunque también tiene cita desde hace tiempo en el despacho de Dios, para que sea su abogado de oficio el día del juicio final. 

De momento sigue haciendo esperar a ambos, porque no podían robarle este mes de Abril, porque quedan muchas noches en las que seguir inventándose, porque hay más de cien pupilas para verlo vivo,porque todavía tiene que gritarle al cielo con fuerza: "¡Superviviente si, maldita sea!" y porque nosotros nunca nos cansaremos de celebrarlo. 

13 abril 2018

Día Internacional del Beso

Si hubiera que escribir una tesis sobre los besos, un capítulo podría dedicarse en exclusiva a analizar estos en las letras de Sabina. Los primeros de los que tuvimos constancia fueron los "Besos de Judas" en los que jugaba con la ambigüedad de la emisora de los mismos. Al llevarnos a una cama de cristal no sabemos si se refería a una mujer anónima, o a una cuyo nombre acababa en "ína". 

Seguidamente nos encontramos con esos amores eternos, cuya duración se extiende a un corto invierno; y que a cambio de noches, pan, angustia y risa nos corresponden con besos y prisa. Quizás esos besos y esas prisas provengan de aquellos labios urgentes, que con dos besos desaparecen del mapa. Dos también fueron los besos, uno por mejilla, que precedieron a esa secuencia de 19 días y 500 noches. Besos que saben a despedida, a vinagre en las heridas y a pañuelo de estación. 

También los hubo más tímidos, unos besos en la frente, que sirvieron para darle protagonismo a los menos agraciados. Justo en una época en la que no se podía sacar un amplio abanico de filtros de Instagram del bolsillo, Joaquín se abrazaba su verdad desnuda. 

No siempre ha sido tan escueto en la cantidad de besos, de hecho Peor para el Sol cuenta con el récord de los besos que pueden caber en una canción. Tampoco lo ha sido con la calidad de los mismos, un toque de sal les bastó para titular otra canción de Joaquín. Y si además de la sal del mar andaluz, los acompañas de porros, ya tenemos la merienda porteña. 

También nos advertía de sus peligros ya que si los años curan, los besos crean adicción. Y sin embargo, como no podía ser de otra manera, en la canción que es el mayor exponente de las contradicciones, el premio final es para aquellos besos que nunca se dieron. Justamente son esos los que más se recuerdan, o se lamentan si es que acaban donde habita el olvido, por no haber sabido decir "te necesito". 

04 abril 2018

Manolo Tena

Hoy se cumplen 2 años del fallecimiento de Manolo Tena. Alguien que a veces fue amigo, otras enemigo, pero siempre íntimo de Joaquín Sabina. Cómplices de muchas negras noches que ambos amaban, en las que no amanecía jamás y en las que se abrazaban locos y suicidas. Precisamente conductores suicidas fue la canción que Sabina le dedicó a Tena en uno de los momentos más bajos de su amistad.

La canción encierra una anécdota de Tena, en el concierto de los Rolling en 1982 llovió a mares.🌧️ Manolo en ese momento decidió quitarse la camiseta, plegarla y guardársela en el bolsillo. Cuando terminó el recital se la volvió a poner, siendo el único que abandonó el recinto completamente seco. Por eso Sabina lo bautizó como el maestro en el difícil arte de no mojarse bajo un chaparrón.

El desencuentro entre ambos se resolvió de la forma más sencilla. Una noche en el extinto bar la Luna del madrileño barrio de Malasaña, se encontraba Tena sentado cuando apareció Sabina. Los allí presentes se mostraron expectantes ante una inminente bronca entre los dos. Sin embargo, Joaquín agarró la guitarra, se acercó y le dijo "Qué, ¿le cantamos a Marilyn Monroe?". 

A Manolo nos lo robaron en un mes de Abril, justo cuando parecía que ya se había despojado del traje gris que lo arrastró por callejones sin salida durante mucho tiempo.