Más amigo de Paterninas, Nicotinas y Josefinas que de pastillas para no soñar, Joaquín Sabina sigue sin cansarse de celebrar su supervivencia. Hace un año su cumpleaños fue bastante accidentado, pero acabó convirtiéndose en una muesca más de su revólver y un nuevo capítulo en la leyenda de su mala salud de hierro.
12 febrero 2021
72 Supervivencias
Más amigo de Paterninas, Nicotinas y Josefinas que de pastillas para no soñar, Joaquín Sabina sigue sin cansarse de celebrar su supervivencia. Hace un año su cumpleaños fue bastante accidentado, pero acabó convirtiéndose en una muesca más de su revólver y un nuevo capítulo en la leyenda de su mala salud de hierro.
02 febrero 2021
Por el túnel
¿Te imaginas que hubiera una canción que combinase las historias de Princesa y la Magdalena? ¿Y si te digo que esa canción ya existe? ¿Y que esa canción la escribió Sabina un poquito antes que la historia de la muñeca de sucia camisa, y muchos años antes que la de la más señora de todas las putas? Pues acompáñame a transitar este túnel donde solamente las flores más oscuras consiguen florecer mientras el resto se marchitan.
"Por el túnel" le dio el pistoletazo de salida a esas historias de Sabina y las mujeres que acaban desfilando por el filo de la navaja, toreando a la vida con su bolso y librando batallas que en numerosas ocasiones las gana el olvido. Con su maestría habitual (aunque por el año 1984 era incipiente todavía) en los dos primeros versos ya nos consigue situar perfectamente en el plano de esta canción. Un viaje nostálgico hacia un tiempo mejor, y hacia un lugar en el que fue muy feliz. No tan grandilocuente como Comala, en esta ocasión es simplemente la casa con jardín de una vieja amiga. Si en su niñez la referencia cinematográfica por excelencia de Sabina eran las películas de romanos, en esta ocasión, más a medio camino entre la juventud y la madurez, nos traslada al lejano oeste. El porta su sombrero de llanero solitario y ella su cancán de bailarina. Y cuando todavía no nos hemos terminado de bajar del caballo ya sabemos del paradero de esta mujer; un bar de luces azules, rojas y amarillas.
Regreso al tiempo en que te conocí
Cuando el mundo acababa en tu jardín
Yo era el cowboy más duro de la Unión
Y tú la bailarina del saloon
Todas te aventajaban en virtud
Pero ninguna daba lo que tú
Luego volaste, alguien me contó
Que has hecho del amor tu profesión
Y sin tiempo apenas para digerir esta secuencia de acontecimientos, aparece el estribillo para asestar un golpe certero; un cóctel explosivo que mezcla nostalgia, remordimientos y enlaza los momentos claves de esta travesía por el túnel. Con una referencia temporal, en este caso el invierno (probablemente seguido de un robo primaveral). Con una referencia social, ese amigo que decidió apearse de su vida, no sabemos pero intuímos que con secuelas importantes en la vida de ella. Y, finalmente, con una referencia personal en la que se empezó a torcer el renglón de un cuento de hadas; un abandono y varios resbalones que le acaban poniendo en una casilla del tablero en la que nunca pensó que acabaría. Es ahí donde la encuentra de nuevo el tipo más duro de La Unión.
Desde que aquel invierno terminó,
desde que aquel amigo se esfumó,
desde que decidiste abandonar,
desde que comenzaste a resbalar
Por el túnel que lleva
donde crece la más oscura flor
de la ciudad.
El tramo final de la canción le ofrece un pequeño consuelo a la, en teoría, desdichada protagonista de la historia. El cowboy ya no presume de la dureza de antaño, probablemente las muescas que antes lucía en el cinturón ahora le duelen en el corazón. Con un breve repaso de como los avatares de la vida han ido afectando a todos los de aquel grupo de antaño, descubre que nadie tiene un brillo particularmente fuerte. Que si al final de este túnel se ve una luz, no es porque a ellos les haya ido especialmente bien. Con un verso pone sobre la mesa como esa felicidad doméstica de hijos y domingos de fútbol está más cerca del tedio que de la pasión. Intentando recuperar esta última, acaban concertando una cita por los viejos tiempos. Y como si de una confesión se tratase, le acaba concediendo la absolución.
Yo sigo igual, ya ves, aquí en Madrid,
las cosas no dan mucho más de sí.
Un día te llamo y vamos a cenar,
espero me hagas un precio especial.
El resto de la banda se perdió,
el maldito reloj los engulló, hacen quinielas, hijos,
van al bar, tu oficio no es peor que los demás.
Esta canción también fue la primera vez en la que pudimos disfrutar de la estrecha amistad entre Joaquín Sabina y Los Secretos. Los hermanos Urquijo grabaron su propia versión de este tema, con un areglo musical diferente. Son los dos únicos registros musicales que tenemos de este tema. Lástima que Sabina nunca haya decidido rescatarla. Por el túnel conseguimos llegar a las islas de la moda de Princesa y aparcamos junto a las caderas de María de Magdala.
25 diciembre 2020
Feliz Navidad
Este año nos ha tocado silbar demasiadas veces la melodía de la Calle Melancolía, pero seguimos teniendo más de cien motivos para pensar que el tranvía con destino Barrio de la Alegría está llegando.
Regresarán las risas, los bares, volveremos a los moteles y los garitos. Enseñaremos la boca, la lengua y los dient
es. Sacaremos los pies del barrio y pondremos el grito en el cielo por otros motivos. Buscaremos de nuevo de las setas en Noviembre y la fiebre solamente será un síntoma de la Primavera.
Las heridas que hoy tenemos se convertirán pronto en medallas, y la melancolía será solamente un mal menor. Los proyectos que se marchitaron volverán a florecer y el alma en oferta que nunca vendimos se revalorizará. Y, lo más imporante, seguiremos teniendo a los abuelos que siempre ganaban batallas.
Sigamos sumando pupilas donde vernos vivos, y hagámoslo de cien en cien.
25 noviembre 2020
Bendito maldito Maradona
10 noviembre 2020
Doña Pura
Es complicado hablar de canciones inéditas de Sabina a estas alturas, cuando su discografía oficial y la no oficial ha sido escrutada hasta el extremo. Aún así hay una canción que llama la atención por haber pasado muy de puntillas, y que contiene un verso que podría considerarse de profético "Aquella historia
que nunca ocurrió".Se trata de la canción "Doña Pura". Una canción que Sabina firmó junto a Noel Neto y apareció en la I Antología de cantautores andaluces. Pese a haberle perdido el rastro durante muchos años, el único registro audiovisual con el que contamos incluye una pequeña presentación por parte del propio Joaquín. La cantó durante el primer gran disco en directo junto a los Viceversa, y la introdujo de la siguiente forma:
"Esta canción que viene ahora es otro estreno. Yo he querido contar en ella, esas historias que oíamos los niños de posguerra alrededor de la mesa camilla. Siempre hablaban de una tía, o de una señora que había en el pueblo, o de una tía nuestra vestida de negro a la que le había pasado algo horrible. Siempre lo oíamos con medias palabras, nunca sabíamos muy bien que había pasado. Ese tipo de atmósfera siniestra he querido ponerla en esta canción. Se llama Doña Pura".
"En esa postura,
tal como hoy la veis,
lleva Doña Pura
desde el 36.
Enterrada en vida,
carne de alcanfor,
oxidada como el tic tac
de su reloj".
En esta canción Joaquín vuelve a demostrar su enorme maestría a la hora de dibujarnos a un personaje con cuatro versos. Al poco de arrancar esta canción ya tenemos un boceto bastante preciso del aspecto de Doña Pura. Una mujer que no cuenta en las cifras oficiales de bajas de una guerra fratricida, pero cuyas heridas jamás suturan.
"Noche interrumpida,
por enaguas malheridas,
brazo en alto y vino peleón.
Soldados que
la llaman por su nombre,
sudor de hombre,
en su habitación".
En la siguiente estrofa de la canción pasa a relatarnos los sucesos que provocaron la caída en desgracia de Doña Pura. Con brevedad y contundencia nos relata el quién, el cómo y el dónde. Todo menos el por qué, y es que para esa pregunta, casi un siglo después seguimos sin encontrar una respuesta que no sea la sinrazón. Las retaguardias de las guerras muchas veces eran lugares más cruentos que el frente de batalla. En esos lugares las luchas estaban totalmente desequilibradas, las botas militares aplastaban sin piedad los cuellos civiles más indefensos.
"Cuerpo diminuto,
cera sin arder,
riguroso luto,
desde aquella vez,
en que la tijera,
de la humillación,
se clavó un amanecer,
en su corazón".
Las represalias eran tremendamente crueles, a veces ocultas entre cuatro paredes y otras veces con escarnio público para dejarlas señaladas de por vida. Las tijeras arrancando a jirones el cabello de las mujeres, era uno de los métodos más comunes y vergonzantes que se aplicaron en aquellos años. Este es el episodio que le ocurrió a Doña Pura, y que Joaquín nos relata a pesar de que durante muchos años le dijeron que no hablase del tema. Esa cera sin arder, es esa vida truncada en los primeros compases, cuando todo deberían ser sueños realizables y no pesadillas consumadas.
"Cada vez que un coche,
reproduce aquella noche,
derrapando bajo su balcón.
Como un flashback
regresa a su memoria,
como una obsesión,
aquella historia,
que nunca ocurrió"
La frase que cierra la canción es la más demoledora de todo el relato. El golpe definitivo era la ley del silencio que obligaba a todo el mundo a no hablar de aquellos sucesos. Un silencio que servía de amnistía a los culpables y de condena perpetua a la víctima. El peligro de no conocer la historia de un pueblo, es que abre la puerta a una posible repetición de sus episodios más negros. Pero igual de peligroso es intentar taparla deliberadamente o reescribirla a beneficio propio cuando las generaciones pasadas ya no están presentes para dar fe de ella. Sabina puso su granito de arena con esta canción dedicada a tantas Doñas Puras que vivieron en blanco y negro toda su vida, y que en los 80 todavía estaban vivas para escuchar este homenaje.
20 octubre 2020
Partido a partido
"Aunque apenas queda un socavón,
junto al Manzanares,
y atascos en los bulevares
de mi corazón "
El arranque de la canción se centra mucho en una imagen que ha ido socavando el corazón de los colchoneros al mismo ritmo que la demolición del estadio iba ocurriendo. No fue una detonación rápida, esas duran unos segundos, y te proporcionan un vídeo impactante, pero duran menos tiempo en el recuerdo. El estadio ha ido desapareciendo lentamente durante muchos meses, y quien circulase por la mítica M-30 de Madrid ha sido testigo de ese fundido a negro. Hubo incluso un pequeño lapso de tiempo en el que un desvío permitió que los coches circulasen por lo que durante mucho tiempo fueron las bandas en las que galoparon ilustres jugadores atléticos.
"Los profetas de anteayer,
son gaviotas de alas rotas muertas de sed,
gatos sin botas"
Todos conocemos el cuento del gato con botas y de como ese astuto felino consiguió hacer que un campesino se convirtiera en marqués rápidamente. No es esta la historia del Atlético, por eso Sabina descalza a este gato del sur de la capital. El camino ha sido muy tortuoso, pagando caros peajes en la autopista que les llevó al infierno. Pero las botas tienen un recambio de lujo, los Zapatones de Luis Aragonés, cuyo espíritu está muy vivo en esta canción. Es un club que nunca ha dejado de soñar, por muchas pesadillas que les hayan dejado desvelados en noches perdidas y frías. La referencia gatuna también está presente en la ciudad de Madrid, es una forma de validar la autenticidad de tu carnet de madrileño; contando hacia atrás el número de antepasados que nacieron allí. En este caso, se podría validar por el número de feudos atléticos en los que tu familia ha llorado.
"Al balcón de la soledad trepan los náufragos,
malheridos de tanto remar contra el huracán.
En el trono de Neptuno donde no cabe ninguno
que no sepa soñar.
Partido a partido..."
Esta canción la escribe Sabina en el 2020, con lo que este año ha significado para toda la humanidad; y en especial a los Sabineros, que se nos empezó a torcer un poco antes que al resto con el accidente que Joaquín sufrió en Febrero. Esta es la primera letra que publica Joaquín tras haber tenido que remar por enésima vez contra la adversidad. Ha conseguido mezclar los sentimientos de un club luchador, con los de todas las personas que han pasado por momentos difíciles en estos meses. El videoclip de la canción gira en torno a esa idea, poniéndole cara a las asépticas estadísticas que se han convertido en rutina. Las palabras resistir, luchar y aguantar han sido repetidas hasta la extenuación en los picos de la pandemia, quizá le resultasen poco familiares a mucha gente; pero no a los colchoneros, para ellos es su credo particular.
"No me habléis de resistir,
es mi Atleti de Madrid.
No me vengan con lamentos,
hablo de sobrevivir"
Pero para que esas palabras calen en el equipo y se conviertan en la bandera que la afición ondea cada semana, hace falta una arenga contundente. De eso también van sobrados en el otrora Atlético de Aviación, y la canción no se olvida de ese momento crucial previo a saltar al campo. Muchos han tenido que tirar regates muy complicados en estos meses. Algunos han perdido el balón en un punto de no retorno, otros han salido trastabillados con lesiones de larga duración, pero también hay quién ha culminado la jugada consiguiendo colocar el balón en la escuadra. Se conocen de memoria el boulevard de los sueños rotos, lo han recorrido en numerosas ocasiones, y a pesar de ello nunca dejan de abrazar a Morfeo.
"Y seguir coronando montañas,
y seguir conquistando escaleras.
En el tiempo de descuento,
regateando al porvenir"
En el mundo del fútbol siempre se está buscando al sucesor del que ocupa el trono en cada momento. La imagen cuando se produce una sustitución en el campo cala muy hondo, y todos incoscientemente siempre estamos pensando en quién será el futuro 10 del equipo. En esta canción esto ocurre por partida doble. El arranque lo realiza Sabina y tras los primeros compases se le une Leiva, que se ha criado en la cantera de la Calle Melancolía. Y los versos finales sirven para enlazar las dos figuras más relevantes de la historia rojiblanca, la frase célebre de Luis Aragonés da paso al leit motiv del Cholo Simeone. Algo parecido ocurre entre padres e hijos, cuando la pasión por unos colores (y por unos artistas) se comparte y se acaba convirtiendo en legado.
"Y ganar y ganar y ganar,
y ganar y volver a ganar.
Partido a partido,
partido a partido"
01 octubre 2020
El Café de Nicanor
La carrera de Sabina se ha ido forjando a fuego en estos lugares, y escuchando sus letras hemos ido entrando y saliendo de infinidad de garitos. También hemos reincidido en el mismo bar, con resultados muy dispares. El bar de un pueblo con mar castigó esa reincidencia, y como si de Cenicienta se tratase el hechizo se rompió convirtiéndolo en una sucursal del Banco Hispano Americano. Sin embargo, "El Templo del Morbo" premió el retorno con una voz ardiente susurrando al oído.
Los bares siempre han aparecido de manera salteada en infinidad de canciones, pero hay una en la que se le da un papel muy protagonista, llegando incluso a titularla; se trata de "El Café de Nicanor". Como si de "La Colmena" de Camilo José Cela se tratrase, Sabina nos va introduciendo a todos los parroquianos habituales de ese local, atendidos por el discreto Nicanor.
"La noche que Guillermina,
no contenta con la patria potestad,
y el ático en Concha Espina,
quiso el Volvo en propiedad,
tirado en una cuneta me desperté.
A dos leguas del café,
con una maleta al hombro,
llena de escombros
y un bollo de pan de ayer"
No se limita a dibujarnos a los personajes que se sientan a la mesa más redonda del café, también nos hace una pequeña introducción de los motivos por los cuáles dirige sus pasos hacia ese lugar. El protagonista se encuentra de repente en mitad de la calle, quizá cerca de una glorieta coronada por la estatua de un poeta, tras un divorcio del que no ha salido muy bien parado (probablemente haya reservado ya un colchón en la posada del fracaso). Con sus recuerdos convertidos en escombros, vuelve al lugar donde siempre tiene una copa en la barra y unos viejos amigos con mil historias que contar.
"Le hemos echado de menos,
me dijo el bueno del barman que me sirvió
vaso largo con limón,
la misma copa de ron,
que el lunes va a hacer un año
me dejé en el mostrador"
"Después de pagar dos rondas
(tres, contando la del baño)
recuperé, entre la condesa y Julio
mi escaño de contertulio,
mi carnet de fundador
de la mesa más redonda
de El Café de Nicanor"
Se sienta en la mesa más redonda, y la forma de la mesa no es casual, nadie la puede presidir, todos tienen el mismo derecho y el mismo deber con sus compañeros del café. Todos los estratos sociales están representados, desde la nobleza hasta el camello del barrio, desde alguien que ha pisado la luna hasta el que deja rastros del albero de la plaza. Todos unidos por andar escasos de esas tres cosas que dicen que hay en la vida, y por las que Dios recibe agradecimientos.
"Estaban Gámez el astronauta,
Gastón el flauta, Mari La Tetas,
El novillero poeta con su mujer.
El pobre Don Agapito
y un camellito sin dientes
paisano de un primo hermano
de algún pariente lejano
de Ana Belén"
Sinceramente pienso que si el Purgatorio existe, se debe tratar de un bar. En pocos lugares se solucionan problemas más complejos, se intercambian opiniones más opuestas y se urden planes más aleatorios. El tiempo se mide en vasos de vino, la osadía en copas de ron y el arrepentimiento en botellas de agua. No existe una captura más fiel de la sociedad que un plano secuencia de un bar, desde la barra de chapa, pasando por la esquina de la máquina tragaperras, recorriendo el pasillo que conduce al baño y saliendo por la ventana donde el camarero atiende a los que están fuera, fumándose la vida.
"Se nos sube a la cabeza,
la espuma de una tristeza
crespuscular.
El óxido de los días,
las utopías con hielo,
el azul galimatías
del cielo según San Juan."
La última estrofa de la canción es la más brillante de toda la canción, porque es capaz de encerrar todas las esencias de este bar y es capaz de algutinar los sentimientos que comparten todos los allí presentes. La espuma como vehículo que es capaz de mover la tristeza más profunda y transformarla en euforia cuando pega fuerte en la cabeza. El óxido como prueba irrefutable de los efectos del paso del tiempo, perdón, del paso de las copas. Las utopías con hielo, porque todos hemos sobreestimado nuestras capacidades con un cubata en la mano, aunque paradójicamente lo que hacen son mermarlas. En resumen, un hermoso galimatías en el que te sientes tan agusto que siempre acabas alargando tu estancia más allá de la hora que en un principio te marcaste de regreso a casa (que no necesariamente hogar).
"Un calcetín con tomate
y el último disparate
de Nicanor.
Que cuando le preguntaron
si había estado enamorado,
como es un hombre sincero,
Yo, no señor contestó,
yo siempre fui camarero".
La guinda final es para el dueño del bar, y es que es bastante frecuente que estos lugares lleven el nombre del señor que te atiende detrás de la barra. A veces se mimetizan tanto con el establecimiento, que son un aliciente más para ir. Creo que en el genero de las memorias o biografías tenemos un gran déficit de aquellas sobre la vida de los camareros. Sabina necesitaba un poco de imaginación para colarse en el traje y la piel de otros hombres, Nicanor simplemente necesita hacer un poco de memoria para relatarte las historias de infinidad de personas. Ha sido testigo de tantas vidas en esas cuatro paredes, que por momentos se ha olvidado de vivir la suya. Creo firmemente que entre los trabajadores fundamentales de una sociedad, deberíamos incluir a todos los Nicanores que a lo largo de nuestra vida nos han facilitado mesas rondas, vasos largos y unos buenos hielos para conservar nuestras utopías.
27 agosto 2020
Arenas Movedizas
09 junio 2020
Hasta siempre Pau Donés
25 mayo 2020
El Caso de la Rubia Platino
A partir de aquí comienzan diversas revelaciones importantes, la rubia se torna en morena, y comenzamos a olvidar el mandato original era acabar con su vida. Incluso podemos cuantificar esta transformación de forma muy objetiva, al principio consideraba que su precio estaba sobrevalorado, ahora le acaba confirmando que se había quedado muy corto en aquella estimación.