13 enero 2020

Negra Noche

Luis Eduardo Aute nos señaló que el perdedor era el universo de Sabina. Echemos un vistazo a la definición de universo, es la totalidad del espacio y del tiempo, de todas las formas de la materia, la energía, el impulso, las leyes y constantes físicas que las gobiernan. Ahora desgranemos un poco esos términos que forman parte de la definición.

La ecuación del espacio/tiempo Sabinero se puede despejar con bastante facilidad. El tiempo comienza cuando el Sol se mete en la cuna del mar, y se para cuando insolentemente vuelve a entrar por la ventana. El espacio se circunscribe a la barra del próximo bar que puede servir tanto de oficina como de notaría para firmar un pacto caballeroso. En cuanto a las leyes que gobiernan, se puede afirmar que la única que impera es la del deseo. Y si hablamos de un universo Sabinero, a las constantes físicas siempre habrá que sumarle las químicas.

En resumen, que la noche ocupa el centro del universo, y de ésto ya veníamos advertidos desde hace mucho tiempo. Negra Noche se encuentra en el disco Ruleta Rusa, y resultó ser la profecía del vicio que acabó por cumplirse (o no). Los cuatro primeros versos se podrían haber esculpido en piedra porque han resultado ser las tablas de la ley para Joaquín.

"La noche que yo amo es turbia como tus ojos,
larga como el silencio, amarga como el mar.
La noche que yo amo crece entre los despojos,
que al puerto del fracaso arroja la ciudad."

Es una canción que sabe a aguardiente, que huele a humo y te dibuja un escenario en el que podrían actuar varios de los personajes del cancionero de Sabina. En ese puerto del fracaso tienen su amarre el macarra de ceñido pantalón, el explorador, el capitán de su calle, el ciudadano cero, el menor de los tres chicos y hasta el hijo de un Dios. Si los primeros versos se debían esculpir, el octavo se debería tatuar para que perdurase como un recuerdo de su pasado bucanero. "La noche que yo amo, no amanece jamás".

"La noche que yo amo tiene dos mil esquinas,
con mujeres que dicen: "¿Me das fuego, chaval?".
y padres de familia que abren sus gabardinas
la noche que yo amo no amanece jamás."

La paternidad de esta canción está compartida entre Joaquín Sabina e Hilario Camacho, de hecho existe una versión del propio Hilario con cambios sutiles en la letra y sustanciales en la música. Creo que esta es una de las canciones que han quedado olvidadas en la carrera de Sabina, no tenemos ninguna versión en directo de la misma y se ha escapado de los diversos tributos realizados al maestro. Tratándose de una declaración fundamental de los derechos Sabinianos, creo que se merecería volver al estudio de grabación y que la voz rota de Joaquín diera fe de las veces que le dejaron entrar en esos sótanos oscuros.

"La noche que yo amo es un sótano oscuro,
donde van los marinos que quieren naufragar.
Hay siempre algún borracho sujetando algún muro,
llamas de madrugada y te dejan entrar."

En estos primeros años de los 80, era cuando Joaquín podía permitirse sentarse en el rincón de un bar y ponerse a escribir canciones. Igual que tenemos en mente la imagen de un pintor sentado enfrente de un lago, plasmando el paisaje sobre el lienzo, Sabina capturaba ese plano secuencia en el que los locos de atar salían a bailar bajo un chaparrón de notas más o menos afinadas. Estas noches negras muchas veces deparan guiones que arrasarían con los Óscar al mejor guión original, están plagadas de actores secundarios que en cualquier momento pueden adquirir el papel protagonista.

"Los profetas urbanos salen de sus guaridas,
cuando la noche calza sus botas de metal.
Y bailan abrazados el loco y el suicida,
la noche que yo amo no amanece jamás."

Si a lo largo de la canción se nos ha ido hablando de la noche en tercera persona, en el estribillo se detiene y le habla de tú a tú, mostrándole sus respetos y reproches. Volviendo a ella sin importar las veces que haya salido de allí apaleado, obviando la cuenta de las noches que pasaron de ser negras a ser perdidas. Si de la letra se podría desprender de manera implícita un olor denso a humo, de forma explícita nos lo mezcla con el intenso olor a pachuli. A mi me gusta imaginar que en estos personajes que se adivinan en Negra Noche, se encontraba la Magdalena. Ya sabéis, esos personajes secundarios que en algún momento les llega su papel principal.

"Negra noche, no me trates así,
negra noche, espero tanto de ti.
Noche maquillada, como una maniquí,
noche perfumada, con pachuli, con pachuli." 

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